sábado, 25 de julio de 2009

Las gotas de lluvia



















La gota siempre llega, por difícil que sea el camino. Hasta que deja de ser agua no pierde de vista su misión.

Quizás esta eterna sensación de caer y caer tenga ahora una explicación, quizás me esté convirtiendo en gota...

Si así fuera, no tendría que cuestionar nada más, las gotas no razonan, no sufren, no se desilusionan, no le hacen daño a nadie, no se equivocan, no se asustan, no se ahogan...

Perdería las risas, los abrazos y tus caricias. Que triste preferir ser gota para dejarse caer.

Hace seis meses que no me llamas...